Gloria Gutiérrez fundó la primera escuela para personas con discapacidad en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, en 1970. La creación de Ángeles de Amor es la respuesta a una realidad: las personas con discapacidad que cumplen la mayoría de edad son expulsadas de escuelas y espacios de interacción social, lo que las confina a la exclusión y el estigma. Con medios económicos y pedagógicos muy limitados, la escuela ha construido un espacio de interacción, capacitación e inclusión para personas como Tino y Katy, quienes viven con Síndrome de Down y daño cerebral, respectivamente, o como Irene, poeta e indígena ciega, quienes conviven en un ambiente de empatía y respeto, acompañados de una nueva oleada de activistas con discapacidad, como Ángel Román, que buscan lanzar proyectos adicionales de inclusión y generar otras formas de incidir políticamente para que se reconozcan en forma plena sus derechos.
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